El Sol ingresó al signo de Aries ((primer signo del Zodíaco) y de esa manera, se inicia un nuevo año astral junto con una nueva estación… el otoño.

Tiempo en que los seres vivos (arboles, plantas, animales, y la naturaleza toda)  se desprenden de aquello que ya no usa, ya cumplió su función, no es conveniente mantener y así,  generar espacio para que cosas nuevas puedan brotar.

El tiempo intermedio que se genera cuando – por ejemplo, los arboles dejan caer sus hojas  y el momento en que los brotes comienzan a aparecer – parecería que fuera una época de gran crisis… de perdida… de desolación.

Sobre todo, porque en medio de esa perdida, se potencia la incertidumbre de lo que va a pasar

En realidad la naturaleza es sabia y nunca deja de trabajar y por supuesto, escuchar las directivas del Universo (o Dios, o la Fuente, o la Divinidad o la LUZ) y sabe, que luego de la calma, viene el movimiento.

Sabe que todo es cíclico, de que la vida es movimiento…

Y  espera…

Hace una pausa… descansa para maravillarse como… un día, un día cualquiera, todo aquello que parecía infértil comienza a dar señales de vida.

A medida que va creciendo la vida, la naturaleza va recordando que ya vivió ciclos parecidos, de carencia y abundancia, de desolación y alegrías, de enfermedad y salud.

Amigos… que esta nueva estación genere las bases, alimente a las semillas que están ya sembradas y que lo único que necesitan para crecer abundantemente es cuidado, atención, fe y sobre todo paciencia.

Tengamos paciencia…

Sepamos esperar…

Guardemos quietud (y silencio si puede)…

Es tiempo de guardar, para en seis meses mas, cuando la primavera llene de flores plantas, árboles y jardines podamos volver a retomar nuestra vida, cercenada por este virus que trajo su mensaje.

Habrá muchas personas que seguirán llevando su vida de la misma manera que lo han llevado hasta ahora…

Otras, – espero que sea la gran mayoría,-  habrán despertado a una nueva consciencia, de respeto al Universo, de mayor solidaridad, de agradecimiento y volverán a sus costumbres diarias renovadas, con una nueva visión de las cosas y con un aprendizaje que les servirá para toda su vida .

Bendiciones y feliz otoño.

Walter