Algo estamos haciendo mal…

(Este texto fue enviado el domingo 10 de setiembre a todos los subscriptores del BOLETIN SINTONIA)

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Tremendo, lo que esta pasando en el mundo, incluso en nuestro país con el clima.

En caso de que no lo supiera:
California está en llamas.
Oregon está en llamas.
Washington está en llamas.
Columbia británica está en llamas.
Alberta está en llamas
Montana está en llamas.
Nueva Escocia está en llamas.
Grecia está en llamas.
Norte de Brasil está en llamas.
Sur de Portugal está en llamas.
Argelia está en llamas.
Túnez está en llamas.
La República de Saja de Rusia está en llamas.

Texas está bajo el agua
India, Nepal, Pakistán y Bangladesh, experiencia récord de monzones y muertes masivas.
Sierra Leona y Níger experimentan enormes inundaciones, deslizamientos de tierra y muertes en miles.
Italia, Francia, España, Suiza, Hungría, Polonia, Rumania, Bosnia, Croacia y Serbia son aplastados en el control de la muerte de una ola de calor apodado Lucifer.

Terremotos de México.

Los huracanes Harvey, Irma (el más grande jamás registrado), José y Katia están haciendo destrozos en toda la zona en que se manifiestan.

Y por último, anoche ocurrió la mas alta erupción solar registrada en los últimos años!

La naturaleza se manifiesta…
Creo… que hemos abusado bastante de ella.
Creo que más que manifestarse, es una reacción, una respuesta, una consecuencia.

Aquí también se aplica la ley de la atracción: «Siempre se cosecha lo que se siembra»…

Si el hombre en estos últimos 100 años ha sembrado muerte y destrucción… ¿Qué podríamos esperar?

¿Qué hacer entonces ahora???
Lo que se pueda, con las armas/decisiones/modos de vida que se pueda, cuanto se pueda, donde y con quien se pueda.

Las verdaderas revoluciones siempre comenzaron con una sola persona.

Una vela puede encender cientos de velas…

Desde el lugar que este, piense que es importante las medidas que pueda tomar para tratar de hacer de este… un mundo mejor.

Bendiciones, salud y abundancia…

Walter Accuosto

El amor es la fuerza curativa más poderosa.

Les presento a Louise Hay en sus inicios como terapeuta en este “raro” video en el cual está dando una conferencia a enfermos del Sida (que en su momento, 1985) era no solo una enfermedad mortal (ahora ya no lo es) sino estigmatizada por casi toda la sociedad… menos por Louise Hay quien, trabajó intensamente en el proceso de “sanación interior” de estos enfermos y ayudó a partir en “paz, sin rencor y con calma”, a muchos de quienes fallecieron por esa causa.

Les recuerdo… que era una época que el solo hablar de esta enfermedad (la mal llamada peste rosa) era casi un pecado.

Louise Hay tuvo la energía y fuerza para ayudar a miles de personas sin esperanza de vida y la valentía de enfrentar religiones, miedos, modelos sociales y críticas.

En una parte de la conferencia habla del Reiki y la sanación a través de las manos y da una sesión de Reiki grupal haciendo poner a cada persona en una posición tal, que pueda dar y recibir energía.

Yo nunca había escuchado hablar del Reiki… hasta que la conocí…

La primera en abrir la puerta a esta poderosa terapia energética para mí fue ella.

Por eso y por muchas cosas más amé y amo a Louise Hay.

Walter Accusto

 

Cuatro estaciones… ¡Como la vida misma!

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Había un hombre que tenía cuatro hijos.

Él quería que ellos aprendieran a no juzgar las cosas demasiado rápido, así que envió  cada uno a una investigación.

Debían ir por turnos y a distintas estaciones a mirar un árbol de pera que estaba a una gran distancia de donde vivían.

El primer hijo fue en invierno, el segundo en primavera, el tercero en verano y el hijo más joven en otoño.

Cuando todos habían ido y regresado de nuevo él los reunió y les pidió que describieran lo que habían visto.

El primer hijo que había ido en invierno dijo que el árbol era feo, doblado y reseco.

El segundo hijo dijo, el que fue en primavera comento que estaba cubierto con brotes verdes y lleno de promesas.

El tercero, que había ido en otoño desaprobó la afirmación anterior, diciendo que estaba perdiendo sus hojas, marrones y secas y en plena etapa de decadencia…

El último hijo que había ido en pleno verano contó maravillado como ese peral estaba cargado de peras amarillas, sus hojas eran verdes y su copa, que desbordada vida estaba lleno de pájaros.

El hombre, el padre entonces explicó a sus hijos que todos ellos estaban en lo correcto, porque cada uno de ellos había visto solamente una estación en la vida del árbol.

Él les dijo que ellos no podían juzgar un árbol, o una persona, por solamente una temporada, un momento, y que la esencia de quien ellos son y el placer, gozo y amor que viene de la vida solamente puede ser medido cuando todas las estaciones se presenten.

El les dijo que si se daban por vencido cuando es verano, perderemos la promesa de nuestra primavera, la belleza de nuestro otoño y la plenitud de nuestro invierno.

Les dijo que No deberían juzgar la vida por una estación difícil y dejar que el dolor de una estación destruya el gozo de todo el resto.

Que cuando aprendan a mirar más allá de las dificultades, lograran comprender que más temprano o más tarde mejores tiempos seguramente van a venir.