¿Y SI VINO PARA AYUDARNOS A SANAR?

EL SUTIL ARTE 2

Estos días de cuarentena, tienen sus cosas malas – agotamiento, cansancio injustificado, pocas ganas de hacer cosas, excesivo comer, nada de ejercicio – y sus cosas buenas  – descansar, dormir más de lo común, reencontrarse con sus cosas y por supuesto, poder comenzar a leer libros que en algún momento, – por impulso o por recomendaciones – uno fue comprando y no ha tenido tiempo para leer.

En esa revisión de cosas guardadas amorosamente, me encontré con un libro que había comprado en uno de mis viajes, cuyo título me atrajo (por lo irreverente) y que no pase más de pasar rápidamente las páginas con la promesa de leerlo después…

Ese después, llego ahora y el libro con su extraño título: “El sutil arte de que todo te importe un carajo” me hizo una guiñada y fue directamente a él.

En cuanto lo abrí, mire algunos conceptos súper inteligentes y que de alguna manera yo venía aplicando desde tiempo atrás, pero lo que más me extrañó, como mis manos se dirigieron a un capitulo en el que, parecería estar escrito para nosotros, en estos momentos.

Quizá, seguramente, mis Guías Espirituales a los que amo, escucho y obedezco, me llevaron allí para compartir el concepto.

Lo trascribí exactamente como su autor Mark Manson lo escribió y es así, como lo comparto con Uds:

«»En la década de los cincuenta, un psicólogo polaco de nombre Kazimierz Dabrowksi estudió a los sobrevivientes de la Segunda Guerra Mundial para averiguar cómo manejaron las experiencias traumáticas del conflicto bélico.

Se trataba de Polonia, así que las cosas habían estado muy terribles.

Estas personas experimentaron o presenciaron inanición masiva, bombardeos que redujeron ciudades a escombros, el Holocausto, la tortura de los prisioneros de guerra y las violaciones o los asesinatos de miembros de su familia (si no por los nazis, años después sería a manos de los soviéticos).

Conforme Dabrowski analizaba a los sobrevivientes, notó algo tanto sorprendente como increíble.

Un gran porcentaje creía que las experiencias de  guerra que sufrieron, a pesar de ser dolorosas y muy traumáticas, los había convertido en gente mejor, más responsable y sí, incluso los hizo más felices.

Muchos describían sus vidas antes de la conflagración como si hubieran sido personas diferentes: gente desagradecida o que no apreciaba a sus seres queridos, flojos y consumidos por problemas sin importancia; se creían con derecho a todo lo que se les había dado.

Después de la guerra se sentían más seguros, más confiados en sí mismos, más agradecidos, y las trivialidades de la vida y sus pequeñas molestias ya no les perturbaban.

Obviamente, sus experiencias fueron dramáticas no estaban felices de haber tenido que padecerlas. Muchos aún sufrían por las cicatrices emocionales que la guerra les había dejado.

Pero algunos pudieron tomar esas cicatrices para transformarse a sí mismos de forma positiva.

Y estas personas no son las únicas en ese tipo de transformación.

Para muchos de nosotros, los logros que más nos enorgullecen provienen de una gran adversidad.

Nuestro dolor nos hace más fuertes, más resilientes, más centrados.

Muchos sobrevivientes de cáncer, por ejemplo, reportan sentirse más fuertes y más agradecidos después de ganar la batalla para sobrevivir.

Asimismo, el personal militar presenta resiliencia mental, ganada a partir de resistir los peligrosos ambientes de una zona de guerra.

Dabrowksi discutía que el miedo, la ansiedad y la tristeza no necesariamente son siempre estados mentales indeseables o inútiles, por lo general son representativos del dolor necesario para el crecimiento psicológico.

Negar ese dolor es negar nuestro propio potencial.

Justo así como sufrimos un dolor físico para construir huesos y músculos más fuertes, uno debe sufrir dolor emocional para desarrollar una resiliencia emocional mayor, una auto conciencia más fuerte, un incremento en la compasión y una vida más feliz en general.

Nuestros cambios más radicales de perspectiva por lo regular suceden al final de nuestros peores momentos.

Es sólo cuando sentimos dolor intenso que estamos dispuestos a voltear a ver nuestros valores y cuestionar por qué parece estar fallándonos.

Necesitamos una especie de crisis existencial para mirar objetivamente cómo hemos perdido el sentido de nuestra vida y luego considerar cambiar el curso.»»

 

PREGUNTO… ¿ Y SI VINO PARA AYUDARNOS A SANAR ?

El libro se llama: «EL SUTIL ARTE DE QUE TODO TE IMPORTE UN CARAJO» y su autor es MARK MANSON.

(Editorial Harper Collins)

 

 

 

 

 

 

 

 

 

4 comentarios sobre “¿Y SI VINO PARA AYUDARNOS A SANAR?

  1. Hola buenas tardes Muchas gracias por compartir. Y aunque sigo trabajando porqué el trabajó es cerca de mi casa y voy en bici celta. Y mi tarea es en la salud ayer mire la película que nos sugeristes. Los niños del coro muy bella gracias , gracias, gracias.

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  2. Hace poco formo parte de este boletin Acerco reflexoones que me llegaron.1)Las fuerzas que escapan a tu control pueden quitarte todo…EXCEPTOuna cosa:la LIBERTAD DE ELEGIR como responder a esta situacion.2)VALIENTEno es quien no siente MIEDO…sino aquel se anima a enfrentarlo.L@s que formamos parte de este boletin somos VALIENTES que unidos enINTENCION PENSAMIENTO Y ACCION logramos un aporte invalorable en busca de la pronta solucion Doy gracias por eso.NAMASTE’

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