Dice Antonio Machado:

“Caminante, no hay camino, se hace camino al andar. Al andar se hace camino,y al volver la vista atrás …se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar”.

La semana pasada hablando con un gran amigo, al que quiero mucho me decía con respecto a sus 65 años y recordando nuestras salidas de jóvenes… ¡como no me di cuenta…!

¡Como no me di cuenta que esos momentos eran irrepetibles y me hacia problemas con todo… como fui tan estúpido que pensé que siempre iba a ser así!!!.

Coincidentemente, – aunque no creo en las coincidencias – dos días después vino a consulta una señora de 86 años, muy linda, muy cuidada, muy clara mentalmente pero con el mismo tono de tristeza: “cuando cumplí 75 años me entro una depresión brutal – me dijo- y casi copiando las palabras de mi amigo comento: ¡Como me gustaría volver ahora que tengo 86 a tener 75…!  ¡después de todo, no estaba tan mal!

¿Porque esperar a tener diez o quince años mas, para darnos cuenta que … no estábamos tan gordos, ni éramos tan feos, ni la nariz era tan grande ni era tan espantosa esa incipiente celulitis o “pelada” o esas caderas que tanto complicaban…

Porque esperar que pasen diez o quince años mas para darnos cuenta que ESTOS DÍAS (estos que estamos viviendo ahora) eran también, con sus problemas por supuesto, porque ellos nunca faltan, pero dejándolos al margen, eran días fabulosos.,,, como lo serán estos, los de ahora, cuando dentro de algunos años pensemos…

Que bien estaba antes, como no me di cuenta – como me comento mi amigo- que los años pasan y no vuelven nunca mas, casi parafraseando al gran Antonio Machado con su :

“Caminante, no hay camino, se hace camino al andar. Al andar se hace camino,y al volver la vista atrás, se ve la senda que nunca… se ha de volver a pisar”.

Lo bueno… es que aun estamos a tiempo.

A tiempo de dejarnos de complicar por cosas sin importancia, a tiempo de darnos cuenta que no somos seres indestructibles y que cada día que se inicia nos ofrece una nueva oportunidad de cambiar lo que esta mal, de aprovechar al máximo lo que esta bien y disfrutar esta maravillosa experiencia que tiene nuestra alma, que además de aprender, ha venido a la vida a divertirse…

Con afecto Walter Accuosto