El otro día me tome un taxi…
A pesar de haberlo tomado de noche, estacionó frente a mí y me abrió la puerta de adelante.
Me senté al lado del chofer y empezó… queja tras queja…
Yo silencio.
Crítica tras crítica…
Mi silencio creció y traté de cambiar el tema pero no tuve resultado…
El chofer se había propuesto hacer terapia conmigo y yo no estaba dispuesto a ser su «tacho de basura», por lo que le dije que ese día había decidido hacer dieta de información negativa.
No sé si fué por el tono, por mi cara o por la seguridad que se lo dije, que se calló la boca y no me habló más durante todo el viaje.
Creo que se enojó… estoy seguro que sí…pero no me importa.
Al llegar a casa, pagué el viaje y le desee muy buenas noches.
¿Adónde cree que quedaron todas las quejas, mala vibra y resentimientos que esa persona tenía pensado regalarme»
Si le digo que conmigo no… ¡Ya habrá adivinado la respuesta…!
Si acostumbra a hacer eso, o por lo menos algo parecido con quienes desean tomarlo (o mejor dicho usarlo), como un recipiente de basura…
¡ No sabe lo bien que comenzará a sentirse!!!.
Qué «casualidad»!! Ayer me pasó lo mismo con mi madre y tuve tu misma reacción, no quiero ser «tacho se basura» y no me dijo más nada. Si habrá que poner límites! Abrazo. Silvana
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Tal cual!!!! Hay que aprender a decir NO, aunque nos cueste ✌💚😁
Libre de virus. http://www.avast.com
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