Tres veces pase por una situación igual y siempre la referencia la fue la Asociación Española de Socorros Mutuos…

La primera tendría 20/21 años y fue mi primera intervención. Una noche: dolor de estómago: médico de urgencia: diagnostico apéndice: operación inmediata.

La segunda hace más o menos tres años al tener que hacerme una pequeña intervención en un dedo y poco después, frente a un examen médico que “se suponía” que generaba algún riesgo para mi salud.

A que me refiero: a que previo a cualquiera de estas tres acciones médicas, debí firmar un descargo.

¿Sabe lo que es un descargo?

Un documento en el que se dice que Ud. es consciente del peligro que corre al hacer lo que se propone… o sea, renuncia al derecho de poder demandar, quejarse o culpar a otros por la consecuencia de esa elección, de ese acto o en mi caso: de esa intervención.

Eso “cubre” al médico, la institución y los protege en caso de accidente… y porque no, error humano.

Y el descargo es una buena manera de recordarnos que, – en definitiva –nadie es responsable de nuestra vida, excepto uno mismo.

A nadie se le puede condenar, a nadie se le puede demandar, a nadie se le puede responsabilizar, porque estamos preparados para ser nosotros mismos quienes tomemos nuestras propias decisiones y debemos ser nosotros mismos (Ud., yo, su pareja o sus padres) quienes nos hagamos cargo de las consecuencias de nuestros actos.

Sencillamente… porque se trata de SU vida.

Así que esta semana lo invito a firmar un descargo en el que se diga que se responsabiliza por ella, para liberarse Ud. y liberar también a los demás.

INDICACIONES

Imprimir el siguiente texto, leer atentamente una, dos, tres veces, firmar y estar preparado y trabajar para cambiar su vida, mirando las cosas, desde otro punto de vista.

(Esta brillante idea la saque de un excelente libro llamado “Meditaciones diarias” de Melody Beattie de editorial EDAF)

DESCARGO

Entiendo que a lo largo de mi vida se me requerirá para tomar muchas decisiones, tales como donde quiero vivir, con quien deseo vivir, donde trabajar, que cantidad de diversiones he de tener y como gastaré mi tiempo y mi dinero incluyendo el tiempo que emplearé esperando que las cosas sucedan o que mejoren… y que la gente cambie… y a quien he de elegir para amar.

Entiendo que muchos de los sucesos que puedan ocurrir estarán fuera de mi alcance y que existan peligros y riesgos en todas las decisiones que tome. Ni la vida ni las personas tienen obligación alguna de vivir de acuerdo con mis expectativas.

Tampoco tengo obligación de vivir de acuerdo a las expectativas de los demás.

Comprendo que la vida es “un deporte de alto riesgo” y puedo resultar herido al practicarlo.

Estoy conforme con que todas las decisiones que tome son mías, y solo mías, incluyendo la manera como maneje los acontecimientos que se encuentren fuera de mi control.

Por la presente renuncio a mi derecho de mostrarme como víctima, incluyendo mi derecho a quejarme, compadecerme, condenar o hacer responsable a otras personas por el camino que decida escoger.

Yo soy responsable por mi participación – o falta de la misma – en la vida. Y acepto mi completa responsabilidad por los resultados y consecuencias de todas las decisiones que tome, entendiendo que – en definitiva- es mi elección el que llegue a ser feliz, alegre, optimista, positivo y libre… o que permanezca inmovilizado, postergando las cosas para mañana… o pasado, quejándome de un presente al que llegue, sin haber hecho nada en el pasado, para que mi futuro pudiera haber sido otro.

Montevideo (o la ciudad que te encuentres), 30 de Agosto del año 2020

Firma:

Hasta le próxima semana…que sea FELIZ!!!

Walter Accuosto